domingo, 3 de abril de 2011

La venida del Espíritu Santo

Jesús había prometido a sus apóstoles que nunca los dejaría solos. Pero ¿cómo iba a ser esto posible si su Maestro había muerto crucificado? Cincuenta días después de la Resurrección, mientras celebraban la fiesta judía de Pentecostés (Purificación), estando los apóstoles y la Virgen María reunidos en el Cenáculo, Jesús les mandó su espíritu, produciendo en ellos un gran cambio, pues perdieron el miedo y, a partir de ese momento, cumplieron lo que Jesús les había dicho: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio".

Aquí tenéis este vídeo que lo explica todo muy claramente.